Siria pidió en la ONU que sus vecinos y las potencias no apoyen a la rebelión

Por Javier Borelli / desde Nueva York
Mientras los combates en Siria continúan llenando páginas en la prensa internacional y el cerco diplomático se cierra sobre el gobierno de Bashar al Assad, el ministro de Relaciónes Exteriores, Walid Al-Moualem, acusó a Estados Unidos, Francia, Qatar, Turquía y Arabia Saudita de "inducir y apoyar al terrorismo" mediante el envío de "dinero, armas y luchadores" a su país. Tales acusaciones fueron realizadas ante la mirada atenta del resto de la diplomacia mundial durante la participación de la Siria en el debate general del 67º período de sesiones de las Naciones Unidas. Si les interesa la situación humanitaria del pueblo sirio "¿cómo pueden imponer sanciones a las operaciones bancarias, al sector de la salud y el transporte?", interrogó al auditorio.
Las bancas correspondientes a los 173 miembros plenos de la ONU estaban ocupadas apenas en un 60% en el último día de discursos de las altas autoridades. Ya no quedaban cabezas de Estado en el listado de países por hablar y la agenda no anticipaba ningún tema más allá de las últimas 32 presentaciones. El espacio destinado a la prensa, sin embargo, lucía más poblado que de costumbre en esta instancia del debate. Sucede que para muchos era la oportunidad para escuchar de primera mano la versión oficial de lo que sucede en Siria y, en especial, luego de que la gran mayoría de los oradores que lo precedieron en el estrado hayan pedido enérgicamente la necesidad de tomar las medidas necesarias para detener la violencia en el país árabe.
"Desde hace más de un año, mi país ha estado enfrentando al terrorismo que afecta a nuestros ciudadanos, nuestros recursos humanos y científicos, nuestros edificios públicos y muchos de los sitios históricos y arqueológicos de Siria", comenzó su discurso Al-Moualem. Esa fue la primera de las 23 veces en 24 minutos que pronunció la palabra terrorismo o terrorista. Se refería, por supuesto, a quienes considera responsables por lo que sucede en su país. Claro que fue aún más lejos al señalar que esa actitud solo es posible con la complicidad exterior y, en especial, de algunos países de la región. "El éxito de cualquier esfuerzo internacional requiere, además del compromiso del gobierno sirio, el de todos los estados que apoyan a los grupos armados, en particular Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Libia y otros. Que paren de armar y financiar a los grupos armados terroristas y, en su lugar, que los alienten al diálogo y a renunciar a la violencia", pidió.
Antes de finalizar, el canciller sirio volvió a reclamar la no intervención en los asuntos domésticos del país: "Hemos escuchado desde este podio, y otras plataformas, algunos llamados a que el presidente dé un paso al costado", planteó antes de señalar que "es el pueblo sirio quien elige a sus líderes a través de las urnas y esa es la forma más importante de la democracia".

Publicado en la edición impresa de Tiempo Argentino el 02/10/2012

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