Autoridades de la ONU respaldaron el reclamo por la Fragata Libertad

Por Javier Borelli / desde Nueva York
La Argentina llevó su reclamo sobre la inmunidad de la Fragata Libertad a las Naciones Unidas y, tras las reuniones que el canciller Héctor Timerman sostuvo con las más altas autoridades del organismo multinacional, sumó presión sobre el gobierno de Ghana para que libere al buque insignia. El ministro de Relaciones Exteriores pidió al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que
emplee sus buenos oficios para acelerar la resolución del conflicto y recibió el respaldo del presidente de la Asamblea General, el serbio Vuk Jeremic, y del titular del Consejo de Seguridad, el
guatemalteco Gurt Rosenthal, para velar por el cumplimiento del Derecho internacional. Asimismo, afirmó que la Argentina agotará las instancias judiciales en Ghana y, de no haber resultado favorable, recurrirá a los tribunales internacionales, pero "no se va a sentar a negociar con los fondos buitre".
"Nunca antes en la historia de las Naciones Unidas existió un caso en que un buque de guerra haya sido motivo de un embargo que, encima, viola las convenciones internacionales", aseguró Timerman en una rueda de prensa al finalizar su larga jornada de reuniones. El dato había sido provisto por la responsable de la Subsecretaría General para Asuntos Legales de la ONU, Patricia O'Brien. Su oficina jurídica apenas pudo hallar un caso con cierta semejanza que databa del año 2000 y que tuvo una resolución favorable para el Estado ruso, cuya embarcación había sido retenida en un puerto francés (ver aparte).
A siete minutos de las diez de la mañana, el edificio de las Naciones Unidas todavía no había iniciado su frenético ritmo. La distancia que separaba la aguja más larga del número XII en el reloj marcaba el tiempo justo en el que todo sucede antes de que el Consejo de Seguridad comience su habitual rutina de sesiones. Ayer por la mañana no había reunión agendada de la mesa chica de la ONU, pero su presidente igual ingresaba tranquilamente al recinto. Cinco minutos después llegaría el canciller argentino secundado por Jorge Argüello y María Cristina Perceval, el ex representante ante el organismo internacional y la flamantemente designada jefa de la misión diplomática. La reunión duró apenas media hora y luego llegó el tiempo de las declaraciones.
"Le hemos solicitado al embajador Rosenthal que como presidente del Consejo de Seguridad haga circular entre los miembros una documentación que trajo la República Argentina para que conozcan la situación en la que se encuentra (la Fragata Libertad). Una acción que desde el punto de vista del Derecho Internacional es completamente ilegal", explicó Timerman. "Como sabe el canciller, este no es un caso que pueda tratar el Consejo de Seguridad porque no amenaza la paz mundial, pero sí está de por medio el respeto al Derecho Internacional, y eso es un tema que nos preocupa mucho. No sólo como Consejo sino como país miembro de las Naciones Unidas", refrendó el representante guatemalteco que oficia de presidente temporario del único organismo cuyas resoluciones son de cumplimiento obligatorio en la ONU. Luego, en diálogo con Tiempo Argentino, Rosenthal agregó: "Este es un problema jurídico en el que la Argentina lleva todas las de ganar porque claramente se viola la convención del mar y el Derecho Internacional. No me cabe la menor duda de que si lo pelean jurídicamente lo van a ganar."
Apenas habían pasado cinco días de la última visita del canciller a la ONU. El jueves pasado había estado presente en la elección de la Argentina para integrar el Consejo de Seguridad en el período 2013-2014. Esta vez, concurrió para demostrar la confianza que el país deposita en el funcionamiento del organismo. "Lo que vinimos a hacer aquí es a alertar a las Naciones Unidas sobre este acto de extorsión que llevan adelante los fondos buitre", señaló Timerman, quien, además, remarcó que pese a que no existe un protocolo específico sobre este tema, el país cree que la ONU "es garante de la paz y de la convivencia entre los pueblos y que, por lo tanto, es el lugar adecuado para que un país como la Argentina, que no cree en la violencia, lleve aquellas cuestiones que nos atañen con otros países".
En ese marco, la comitiva argentina también se reunió con el secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, quien se mostró preocupado por la situación humanitaria de la tripulación y se comprometió a utilizar sus oficios para hablar con el gobierno de Ghana y hacer prevalecer el Derecho Internacional. Luego de las declaraciones de rigor, la misión argentina simplemente se movió de oficina para encontrarse con el presidente de la Asamblea General. Ya hacía rato que la aguja pequeña había culminado su primera vuelta al reloj, por lo que el encuentro devino en un almuerzo de trabajo con el mismo resultado de las dos reuniones anteriores. El comunicado de la oficina de Jeremic volvió a destacar que "todos los estados miembro deben cumplir con sus obligaciones ante las leyes internacionales", y agregó que se ponía "a disposición" para asistir a las dos partes para llegar a una solución.
Antes de dar por concluida la visita, el canciller creyó conveniente aclarar que "no es Ghana el problema de la Argentina, sino el señor Paul Singer, que es el propietario del fondo que pidió el embargo contra la Argentina". Por eso, y "porque es reacio a aparecer en los medios", Timerman pidió que se lo investigue. "Los fondos buitre son organizaciones que están dedicadas a la destrucción del progreso de las naciones y específicamente sus víctimas son los países más pobres de África. Eso es algo contra lo que la Argentina va a luchar”, finalizó.  «

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Antecedente clave
J.B.
Si bien no existe ningún precedente que iguale la situación de la embarcación argentina retenida en Ghana, la Subsecretaría General para Asuntos Legales de la ONU le facilitó al gobierno nacional un ejemplo que se aproxima bastante a la situación que actualmente vive el país, contó el canciller Héctor Timerman en una conferencia de prensa. Tiempo Argentino se comunicó con el director de la División de Asuntos Oceánicos y Derecho del Mar de la ONU, Serguei Tarassenko, y obtuvo algunos datos más del caso.
En julio de 2000, la fragata escuela rusa Sedov fue retenida en el puerto francés de Brest luego de que un juez galo hiciera lugar a una demanda de la empresa suiza Noga, quien reclamaba el pago de unas deudas al Estado ruso. El buque, que era propiedad de la Universidad Estatal de Murmansk, había ido hasta ese puerto para participar del Festival del Mar que allí se organizaba pero no pudo hacerlo por quedar envuelto en el conflicto. Luego de una apelación rusa, la justicia falló en contra de la compañía suiza y le hizo pagar 500 mil francos de multa en concepto de daños al gobierno ruso y a la organización del festival que no pudo contar con una de las grandes atracciones. Como aseguró el canciller Timerman, la Argentina pretende una resolución equivalente: que liberen el buque insignia y que el demandante se haga cargo de todos los gastos que significó este incidente.

Publicado en la edición impresa de Tiempo Argentino el  23/10/2012

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