Romney peleó a la ofensiva y le ganó el primer combate por puntos a Obama

Por Javier Borelli / desde Nueva York
El candidato republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, asumió un rol agresivo y pareció salir fortalecido tras el primer debate con el actual presidente de Estados unidos, Barack Obama. El conservador ex gobernador de Massachussetts centró sus intervenciones en la situación económica del país y, sin alejarse del libreto liberal en lo económico, presentó su versión más moderada con la intención de captar los votos indecisos. Obama, con cuatro años de gestión y el consecuente desgaste a cuestas, trató de defenderse de los embates, pero no logró dañar a su rival.
Las primeras encuestas nacionales revelan que Romney subió su imagen entre los votantes, y descontó puntos de ventaja en las intenciones de voto, aunque hay que esperar unos días para saber la conclusión final. Romney debe revertir una diferencia de cuatro a siete puntos a favor del presente mandatario. Los dos principales candidatos se volverán a enfrentar dos veces más antes de las elecciones del 6 de noviembre, los próximos 16 y 22 de octubre.
Tiempo Argentino vivió el debate desde los reductos de ambos partidos en Nueva York.
"Este recién es el primero de tres debates y creo que Romney no salió tan favorecido. De hecho se hizo daño a sí mismo al mostrarse tan moderado. Hay cosas que a la gente del Tea Party, por ejemplo, no le deben haber gustado", reflexiona Stephanie en diálogo con este diario, apenas minutos después que los candidatos se estrecharan las manos con amplias sonrisas, tratando de enviar un mismo mensaje victorioso a los más de 40 millones de espectadores que siguieron su civilizada discusión. Las jarras de cerveza por fin descansan en las mesas a su alrededor tras varias horas de constante rellenado en el bar neoyorquino de East Village, donde una mayoría demócrata decidió juntarse a ver el debate. Stephanie es miembro de Drinking Liberally, una agrupación que convoca a la participación política a través del "hecho social de juntarse a tomar algo", y si bien su grupo se define como "progresista" y "apartidario", para esta oportunidad optó por sumar voluntades con Democracy for New York City, Greater New York City for a Change y Act now experience democracy, colectivos que evidencian en sus nombres su favoritismo en las elecciones.
"Romney explicó claramente su plan y creo que ganó este debate. A Obama no se le entendió nada", afirma Khalil Haddad, presidente del New York Young Republican Club, una agrupación integrada por alrededor de 200 personas de entre 18 y 40 años que apoyan al partido conservador en la Gran Manzana y que organizaron una reunión para ver el debate en otro bar, a cuatro cuadras de los demócratas. Los republicanos van a perder en este estado, reconoce Haddad, pero está confiado de que a nivel nacional van a salir victoriosos. Su deseo, sin embargo, desafía las estadísticas históricas ya que, según la consultora Gallup, solo dos veces en 52 años el partido que llegó a los debates estando por debajo en las encuestas terminó quedándose con la presidencia. La primera fue en 1960, cuando John Kennedy arrolló a Richard Nixon en el primer enfrentamiento preelectoral televisado y pasó de perder por un punto a ganar por cuatro. La otra fue en 2000, cuando Al Gore ganaba por ocho puntos y perdió buena parte de su apoyo al mostrarse fastidioso en los debates. Si bien mantuvo una leve ventaja y terminó siendo el candidato más votado en los comicios, perdió en los estados claves y el sistema de votación indirecto llevó a George Bush (h) a la Casa Blanca.
La supremacía demócrata en la zona se podía verificar en el mapa que el partido colgó en su página web con los distintos puntos en los que se organizaban "fiestas" para ver los debates: alrededor de 40 sólo en Manhattan. El comité republicano, en cambio, no hacía mención alguna. La reunión del club joven, así como otra de un grupo identificado con el Tea Party, apenas eran difundidas en sus respectivos sitios web.
Las diferencias entre ambos partidos también podían notarse en los bares del East Village. Cincuenta minutos antes de que comenzara la compulsa, el salón demócrata estaba lleno y la gente de la organización invitaba a sumarse al "Debate alcohólico", un juego por el cual uno debía elegir un candidato y beber en cada ocasión que este mencionara alguna de las palabras clave: "millonarios", "familias de la clase media" o "Clinton", si se elegía a Obama; y "desempleo", "sector privado" o "Reagan", si se elegía a Romney.  Las barbas abundaban en el salón, así como también los diversos colores de piel, y el uniforme de la mayoría estaba compuesto por un jean y una remera. A 400 metros de allí la prolijidad imperaba sobre el vello facial, las camisas estaban debidamente adentro del pantalón y las pantallas sintonizaban el reality show de moda hasta 15 minutos antes del debate.
Una vez comenzada la contienda el clima se calmó y el murmullo bajó varios decibeles, cediendo espacio a los exigidos parlantes de los televisores en ambos sitios. Los abucheos, las risas y los aplausos se sucedieron escalonadamente hasta el cierre. Entonces, todos vaciaron el vaso que tenían en la mano y se despidieron conformes. En los próximos días las encuestas dirán quién tenía razón. Los otros esperarán ávidos de revancha el siguiente debate. «

----
El moderador y récord en Twitter

El moderador del evento fue Jim Lehrer, editor ejecutivo de PBS, la señal de televisión pública estadounidense. Con 78 años, este fue el duodécimo debate que moderó desde 1988. En los últimos siete comicios presidenciales estuvo a cargo de al menos uno de los enfrentamientos preelectorales de los candidatos. Con más de 10 millones de tweets, el debate fue el evento político más twiteado de la historia de EE UU, según datos publicados por la red social.
 -----

Frases filosas
  •  Mitt Romney
"Señor presidente, usted tiene derecho a tener su propio avión y su propia casa, pero no sus propios hechos", le espetó Romney cuestionando las cifras presentadas por el presidente.
 "Los ingresos de la clase media están siendo aplastados", acusó Mitt Romney.
  • Barack Obama
"¿Romney se guarda sus planes en secreto porque son muy buenos?", ironizó Obama por la falta de precisión de su rival.
 "A veces uno debe decir que no a sus compañeros o a los del partido contrario. Esa determinación no la mostró Romney", al decir que su rival no estaba a la altura de la contienda.

Publicado en la edición impresa de Tiempo Argentino el 05/10/2012

Comentarios

Entradas populares