Villa 20: el gobierno de la Ciudad encargó un estudio que ya realizó

El 15 de diciembre de 2005 se cumplieron los noventa días que tenía el gobierno de la Ciudad para citar a una audiencia pública con los vecinos de la Villa 20 de Lugano para discutir las obras de urbanización del barrio. Nueve años después del plazo establecido por la ley 1770, ese encuentro todavía no se llevó a cabo y esta semana la jueza Elena Liberatori volvió a ponerle plazos al Ejecutivo porteño que, lejos de planear lo que la ley le demanda, encargó dos estudios iguales para medir la contaminación del lugar.
 A fines de 2006, la Asesoría Tutelar inició una causa judicial por contaminación provocada por un depósito de autos de la Policía Federal que ocupaba una parte del mismo predio. Ocho años más tarde, el Ejecutivo porteño ni siquiera concluyó el estudio de "caracterización del área" previo al saneamiento, pese al embargo de $ 29 millones que impuso en 2010 la justicia en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad. En el medio, unas 700 familias en déficit habitacional ocuparon el antiguo cementerio de vehículos y fueron desalojadas con violencia el sábado pasado. ¿Qué pasará con ellos y con los vecinos de la Villa 20 que todavía sufren las consecuencias de la contaminación y el hacinamiento?
Saneamiento y urbanización son lo urgente y lo importante en la Villa 20 de Lugano. Claro que en la falsa dicotomía el gobierno de la Ciudad optó por una misma solución: eludir su responsabilidad. La decisión no fue exclusiva de Mauricio Macri, que concluirá sus ocho años de gestión sin cumplir con el mandato legal de urbanizar la villa, sino también de Aníbal Ibarra, que estaba a cargo del Ejecutivo porteño cuando se sancionó la ley 1770, y de Jorge Telerman, que lo sucedió tras su destitución.
La primera noticia de contaminación en la Villa 20 de Lugano la dio la Secretaría de Salud del gobierno porteño en 2004. Según un estudio realizado entre octubre y noviembre de ese año en la manzana 28, lindera al predio ocupado por el depósito de autos, 29 de los 32 chicos que habitaban allí tenían presencia de plomo en sangre. Cuatro de ellos tenían valores que superaban los 10 microgramos por decilitro de plomo y fueron derivados para su atención al Hospital General de Niños Ricardo Gutiérrez. En ese informe, la doctora Silvia Ferrer, entonces Coordinadora del Programa de Salud Ambiental de la Secretaría, consideraba "imprescindible el estudio de suelos de la manzana 28 ante la sospecha que los suelos están contaminados por metales pesados, básicamente plomo”.
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad tuvo que intermediar en 2006 para que el gobierno ordenara el estudio al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Ese estudio reveló por primera vez la necesidad de cerrar el depósito de autos y hacer un saneamiento en el terreno.
En 2006 y 2007 el Centro de Salud y Acción Social (CeSAC) 18 y el Departamento de Salud Ambiental de la Ciudad realizaron otros dos estudios a los chicos que habitaban las manzanas linderas al depósito de autos. Los resultados marcaron entonces que ya el 35,5% de los niños tenían un nivel de plomo en sangre que superaba el límite de "riesgo potencial a presentar cuadro de intoxicación". Esto era un 23% más que tres años antes.  Un niño incluso tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital de Niños Pedro de Elizalde por triplicar el valor límite, según recuerda un informe de la Asesoría Tutelar publicado en febrero de este año.
Recién a principios de 2011 la Dirección Nacional de Fiscalización de Desarmaderos y Autopartes, dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación, anunció que ya había removido y compactado unos 4242 vehículos. Lo que equivalía, según esa dependencia, al 90% de los automóviles originalmente allí ubicados.
A esa altura, el gobierno porteño ya tenía trabado un embargo por $ 29.200.000 sobre los fondos que le gira la Lotería Nacional a la Ciudad, decidido en 2010 por el juez Roberto Gallardo, que entonces tenía a su cargo la causa por contaminación en la Villa 20.
Esas doce hectáreas libres al lado de la sobrepoblada Villa 20 no podían permanecer mucho tiempo así. En septiembre de 2013, la asesora tutelar Norma Sas lo advirtió y solicitó la realización de un vallado de contención para evitar cualquier intento de toma. En la madrugada del 25 de febrero de este año la necesidad superó al temor y se formó el asentamiento.
"El domingo a las nueve de la mañana empezamos un trabajo de caracterización del área y situación de contaminación. Para eso ya adjudicamos el trabajo a Ecodata Sociedad Anónima, una empresa inscripta en la agencia de control ambiental”, cuenta a Tiempo Argentino Edgardo Nardi, director general de Evaluación Técnica de la Agencia de Protección Ambiental (APrA) de la Ciudad. Esta empresa, subsidiaria de la italiana Geodata, ya estuvo a cargo de otras obras con el gobierno porteño: entre ellas, hizo el estudio ambiental para el entubamiento del arroyo Maldonado, una de las mayores obras públicas de la gestión macrista.
Según Nardi, Ecodata "medirá los niveles de contaminación", una tarea para la que el año pasado ya se le pagaron $ 1.370.000 a la empresa Green Cross Argentina, según se desprende de la resolución 96 del APrA del 25 de abril del año pasado. Green Cross llevó a cabo esa tarea y entregó en septiembre su Informe Final en el que establece los lugares precisos en los cuales existe contaminación de cinc, níquel y plomo. Este último, incluso, alcanza concentraciones tres veces superiores a la permitidas en la napa freática, que es la capa de agua subterránea más cercana a la superficie.
El informe de 77 páginas de Green Cross avanza en el planteo de recomendaciones de saneamiento y hasta estima un costo de entre $ 20 y $ 25 millones, considerando un volumen de tierra a tratar de 20.000 metros cúbicos. Si estos cálculos fueran correctos, el gobierno de la Ciudad ya podría abocarse al saneamiento puesto que cuenta con los $ 29 millones embargados por el Juzgado Contencioso, Administrativo y Tributario número 4.
En lugar de eso, encargó un nuevo estudio que, según Nardi, tomará hasta su finalización unos cinco meses y medio. "En función de todo esto se evaluará el saneamiento", agregó el director de Evaluación Técnica del APrA. Es decir que hasta 2015, al menos, no habrá solución a la contaminación. La urbanización y el déficit habitacional, en tanto, siguen siendo solo palabras escritas en la ley 1770.  «
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Qué hace la plombemia

La Organización Mundial de la Salud señala que el 40% de las enfermedades que afectan a los niños se relacionan con factores del medio ambiente.
  • Por vía respiratoria se absorbe entre el 30 y el 50% del plomo inhalado.
  • Por vía digestiva se absorbe el 10% (hasta el 50% en los niños).
  • Quienes más se enferman son los niños de entre 1 y 6 años, que gatean y juegan en el piso que, muchas veces, es directamente de tierra contaminada. A esta edad el cerebro y el sistema nervioso de los niños son más sensibles a los efectos dañinos del plomo, ya que sus sistemas están en vías de crecimiento.
  • Una exposición de escasa magnitud pero sostenida al plomo puede generar: reducción en el coeficiente intelectual y tiempo de concentración, discapacidad en el aprendizaje, limitaciones en la lectura, pérdida de audición, limitaciones en el crecimiento, y alteración de las funciones motoras y visuales.
El plomo en los chicos
 La Villa 20 de Lugano no es la única en la Ciudad afectada por la contaminación con plomo.
Según un informe publicado por la Auditoría General de la Ciudad, a cargo de Facundo del Gaiso, al menos otras dos presentan valores preocupantes de ese metal pesado. Un estudio realizado por la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo (AcuMaR) a 962 chicos menores de seis años arrojó que el 25% tiene niveles de plomo en sangre superiores a los valores de referencia. El mismo porcentaje de chicos con plomo en sangre dio otro análisis realizado por médicos del Hospital Cosme Argerich en la Villa Rodrigo Bueno en 2009. Allí, en la manzana tres y cuatro, también se había colocado un cementerio de autos que llegó a tener casi 600 vehículos. Estos ya fueron removidos y en su lugar se construyó una plaza, pero el terreno nunca fue saneado.

Publicao el 31 de agosto de 2014 en la edición impresa de Tiempo Argentino

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