"Nunca esperamos ser los primeros en esto"

Con una tachadura oblicua que cubrió la tilde de la eñe y la siguiente letra a, Marina Pascucci convirtió el "doña" en "don" y completó el acta de constatación de nacimiento. "Certifico que el día 18 de diciembre de 2013 a las 21:03 en esta localidad de Victoria, calle Basualdo 349, don Alexis Elian Taborda dio a luz una criatura de sexo femenino de 39 semanas de gestación que pesaba al nacer 4250 gramos." Un simple tachón le alcanzó a la obstetra para adaptar el papelerío burocrático a la Ley de Identidad de Género sancionada en 2012 y dejar asentado el primer nacimiento de una beba del vientre de su padre.
Génesis Angelina Taborda es hija de Alexis y Karen Bruselario, dos personas que nacieron con un sexo con el cual no se identificaban e hicieron valer su derecho para cambiarlo. Se enamoraron, quedaron embarazados y, pensando en proteger a su hija, se casaron el 28 de noviembre de 2013. Su historia recorrió el mundo. Tres semanas después de dar el sí en el registro civil de la ciudad de Victoria, Entre Ríos, fueron padres.
"Estamos aprendiendo a ser padres", cuenta Alexis a Tiempo Argentino.
"Al principio tuvimos los primeros sustos, porque se ahogaba con la salivita, y en el hospital se reían porque nos decían que era normal. Ahora ya nos estamos acostumbrando", completa el orgulloso padre, todavía algo dolorido por la cesárea.
Alexis sólo tiene palabras de agradecimiento para los trabajadores del Hospital Fermín Salaverry de Victoria que lo asistieron durante el parto.
El trato, sin embargo, no es igual fuera de allí. "La mitad de la gente que nos conoce de años nos apoya y nos da un montón de ayuda. Pero la otra mitad no nos acepta", detalla Karen. "En Facebook subieron unas notas que nos hicieron los diarios de acá y una chica comentó que nos iba a volar la cabeza y que no debían dejarnos vivir en esta ciudad. Encima, la chica vive a cuatro cuadras de casa. Porque esto es pueblo chico, infierno grande", agrega.
Esas resistencias no les preocupan. Han convivido con ellas y la historia reciente les ha mostrado que vale la pena la lucha. Sus temores, sin embargo, tienen otra naturaleza: la falta de trabajo. Sólo por eso, cuentan, están dispuestos a mudarse. "Nosotros pensamos en nuestra hija y, si conseguimos otro trabajo en otro lugar, nos vamos a ir…", cuenta Karen, mientras de fondo se escucha un leve llanto de su beba.

–¿Cómo eligieron el nombre de Génesis Angelina?
Karen Bruselario: –Los dos nombres los elegí yo. Génesis a mí me gustó de Corazón valiente, una novela que veía en canal 9 que era hermosa. Una nena chiquita pelirroja que parecía una frutillita. Después buscamos el significado y venía perfecto. Génesis es el comienzo de todo y para mí es el principio de un futuro en familia. Alex y yo tuvimos una infancia y adolescencia difícil. Llevamos una vida muy particular y Génesis marca el principio de una nueva familia, una nueva vida y una nueva generación también. Porque ella es la primera bebé de una pareja transexual concebida de forma natural y sabemos que van a venir muchos más. Marca un antes y un después en la famosa diversidad o heteronormatividad de las familias "comunes", como les llaman. El segundo nombre, Angelina, se lo pusimos porque es un ángel mandado por Dios a la Tierra para que nos ayude.
–¿Qué significa para ustedes ser los primeros en atravesar muchas barreras culturales?
–Nunca esperábamos ser los primeros en todo. Se dio así. Fue algo del destino que quiso que estuviéramos juntos. Cada día que pasa estamos más enamorados y ahora que tenemos a Génesis aún más, y queremos luchar por ella. Todo lo que nosotros nos hemos movido para que a Alex, que estuvo portando el bebé, no se lo trate como mujer…
–¿Y en eso los ayudó el hecho de ya estar casados?
–Nos casamos antes de tener a la bebé porque queríamos resguardarla en el plano legal. Para que podamos protegerla como marido y mujer. Por eso el apuro. A nosotros nos pasan tantas cosas por la cabeza que pensamos en casarnos por si alguien alguna vez nos quiere sacar a la bebé. Aparte, para nosotros fue muy importante porque sellamos una parte de nuestra vida de novios y ahora somos marido y mujer, y reconocidos en la sociedad como tales. Y somos una familia. Imaginate, rompemos con el matrimonio heterosexual, heteronormal, como es comúnmente llamado en la diversidad.
–Su caso llamó la atención en el exterior, ¿cómo vivieron esa exposición?
–La verdad es que nos encanta. Fuimos invitados un programa de Chile llamado Primer plano, que es muy visto allá. Y en Chile no hay ley de identidad de género, no hay matrimonio igualitario, no hay nada. Sólo una ley llamada "Zamudio", en honor a un chico gay que mataron (NdR: Daniel Zamudio murió producto de las heridas causadas por un ataque de un grupo neonazi y la difusión del caso llevó a la sanción de una ley que "establece medidas contra la discriminación"). En cierta forma, los periodistas dijeron que fuimos invitados como embajadores de Argentina en cuestiones de cómo la luchamos para ser reconocidos, tener una bebé y todo eso. Eso nos llenó el alma. Era emocionante ver cómo hablaban de Argentina. Antes de ir nosotros teníamos miedo. Encima, fuimos a Viña del Mar y cuando bajamos de la combi se acerca un señor y nos dice: "Esto nunca va a pasar acá." Pero la producción se jugó en llevarnos y al final nos encantó. Porque allá no es común ver transexuales en la tele. Así que nos sentimos muy orgullosos de ir a un país donde no hay muchas leyes que nos defiendan y contar que en nuestro país sí las hay.
–Aquí, sin embargo, no se les permitió casarse por Iglesia…
–Tuvimos una reunión con curas de la ciudad que nos derivaron al obispo monseñor Jorge Lozano. Fuimos a una reunión con él en la que le planteamos que sentimos que no estábamos fuera de lugar porque, con identidad de género o sin ella, somos un hombre y una mujer. Le preguntamos qué más pedía la Iglesia para casarse y nos dijo: amor, familia y respeto entre nosotros. Le dijimos que teníamos todo eso e igual nos dijeron que no. Cuando le pregunté por qué me respondió: "Porque no está estipulado en la Biblia que pudiéramos casar a dos personas como ustedes."  «
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La difícil tarea de conseguir trabajo

"Nosotros lo que queremos es trabajar", cuenta a Tiempo Argentino Alexis Taborda, preocupado por el futuro de la familia.
"Hasta los cinco meses hacíamos comida y él salía a vender. Pero ahora no podemos, y si no hubiera sido por nuestros familiares, y la chica con la que vivimos, que también es transexual y paga a medias el alquiler, estaríamos viviendo en la calle", agrega Karen.
"Yo me prostituí hasta hace cuatro meses y medio y eso influye para darme un trabajo, porque dicen que estoy quemada. En una verdulería, donde el puesto era atender a la gente, dicen que le voy a correr la clientela", señala apesadumbrada Karen.
Con Alexis convaleciente de la cesárea, ya no saben qué hacer. Por eso piden que el que pueda darles una mano les escriba a su correo karenalexis_bruselariotaborda@hotmail.com.ar. Están dispuestos a mudarse para conseguir un empleo con el cual sostenerse.

Publicada el 25 de febrero de 2014 en la edición impresa de Tiempo Argentino

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