Una asociación con destino de liderazgo

Las naciones que integran el BRICS vienen marchando a paso firme desde que a alguien se le ocurrió juntarlos en un acrónimo. Y ya disputan poder en los tableros de geoestrategia.
Por Javier Borelli
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) anunciaron el miércoles el inicio de las negociaciones para crear una "Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones", un eufemismo que el titular del Ejecutivo europeo, José Manuel Durão Barroso, sintetizó como “la mayor zona de libre comercio del mundo”. La conformación de ese bloque, cuyas economías combinadas representan casi la mitad del Producto Bruto Interno (PBI) mundial y un tercio de los intercambios comerciales, constituye el intento más importante por parte de las grandes potencias occidentales por mantener la hegemonía global. La principal amenaza para esos países son los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), el grupo de naciones cuyas economías eran consideradas emergentes en 2001, cuando el acrónimo fue acuñado, y que hoy mueven los hilos con otro peso dentro de un mundo multipolar.
En poco más de una década, los BRICS han mantenido sus tasas de crecimiento por arriba del promedio mundial y lograron evitar las consecuencias más crudas de la última gran crisis financiera que todavía afecta las economías de los países históricamente considerados “desarrollados”. En conjunto tienen el 25% de la superficie terrestre y el 40% de la población mundial, pero lo que les da mayor peso en las asimétricas relaciones internacionales es que sus economías suman el 20% del PBI mundial y controlan más del 40% de las reservas globales de divisas.
Brasil, Rusia, India y China fueron los países que le pusieron su inicial al término que nominó al bloque. Quien popularizó el nombre fue el ex economista de Goldman Sachs, Jim O´Neill. Precisamente esa banca de inversiones de gran influencia, y responsabilidad ante la última crisis, sostiene que para 2050 las economías combinadas de los BRICS eclipsarán a los países actualmente más ricos del mundo. La explicación que da fundamento a esa previsión es que los “cuatro fantásticos” reúnen a “la reserva mundial de materias primas”, “la gasolinera del mundo”, “la oficina global” y “la fábrica del mundo” (ver aparte). Luego de que los analistas de todo el orbe hablaran de ellos, los presidentes de los respectivos países se convencieron de que era necesario coordinar acciones y asumir un rol protagonista en el orden global. Asi fue que en junio de 2009 Lula da Silva, Dmitry Medvedev, Manmohan Singh y Hu Jintao se reunieron por primera vez en la ciudad rusa de Yekaterinburg y hablaron de la necesidad de actuar en conjunto, tener mayor influencia en la arena internacional, y dejaron en claro que se había terminado la época de la hegemonía del dólar como moneda de cambio universal.
Un año más tarde decidieron sumar al grupo a Sudáfrica, un país que no tiene la proyección de sus aliados pero que se presenta como “enlace geoestratégico”. Su inclusión estimuló a que otros países se candidateen para sumarse al selecto grupo que pretende modificar los términos en que se ha venido produciendo el desarrollo a nivel mundial. Hoy Indonesia y Turquía son los países que más presión ejercen para agregar dos letras más al bloque. El primero alimenta sus pretensiones amparándose en la importancia de sumar un miembro de la región clave del sudeste asiático; el segundo asegura que su presencia le daría mayor diversidad geográfica.
Los días 26 y 27 de marzo los mandatarios de los cinco países volverán a juntarse en Durban, Sudáfrica. Entre los temas a evaluar se encontrarán la posibilidad de sumar otros países al bloque y el nuevo escenario global. Allí también se espera, nuevamente, que se avance en alguna propuesta más concreta sobre su presunto interés por incentivar el crecimiento del resto de los países en vías de desarrollo. Naciones cuyos destinos se siguen manejando en reuniones a las que no están invitados. «
Arículo publicado en la edición impresa de Tiempo Argentino el 16/02/2012

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