Brasil investiga a un funcionario de los EE UU por su rol en la dictadura

Richard Melton está acusado de torturar a un militante de izquierda en 1968. El diplomático, de formación militar, después fue embajador en Nicaragua, de donde fue echado por complotar, y también en Brasilia.
Por Javier Borelli
La Comisión de la Verdad sobre violaciones de los Derechos Humanos durante la dictadura brasileña (1964-1985) anunció que abrirá una investigación contra Richard Huntigton Melton, un diplomático estadounidense que está acusado de participar en la tortura de un militante de izquierda en 1968 que luego llegaría a ser diputado por el Partido de los Trabajadores (PT). Melton, que tenía formación militar y había ingresado al servicio exterior de su país en 1961, volvió a Brasil en 1989 como embajador, cargo en el que se mantuvo hasta 1993. En 1988 también había sido designado al frente de la Embajada de Nicaragua, pero a los dos meses de llegar a destino fue expulsado por el gobierno sandinista, acusado de orquestar un plan desestabilizador en su contra.
"Se me aparecieron los torturadores del DOPS (Dirección de Orden Política y Social) y un norteamericano que me preguntó por qué yo estaba contra los Estados Unidos. Yo le dije que no estaba contra las personas estadounidenses sino contra el sistema imperialista", contó Ricardo Zarattini, fundador del Partido Comunista Revolucionario (PCR) en su país, a la Comisión de la Verdad, según reprodujo la agencia Ansa. Zarattini, quien luego se integró al PT y llegó a ser diputado por esa fuerza política, identificó a Richard Huntigton Melton como su torturador y su denuncia dio lugar al inicio de una investigación por parte de la comisión que investiga los crímenes cometidos por el Estado durante la dictadura brasileña.
Tras un año de detención forzada, en 1969 Zarattini fue dejado en libertad en el marco de un intercambio entre el gobierno militar y una organización guerrillera que tenía secuestrado al embajador estadounidense Charles Elbrick. Pero recién 20 años después, cuando Melton fue nombrado a cargo de la legación diplomática de su país y su foto apareció en los diarios, fue que pudo reconocer a quien lo había torturado.
La denuncia del ex diputado del PT echó luz sobre la vinculación de los Estados Unidos con las dictaduras militares y los gobiernos autoritarios que dominaron la región en las décadas de 1960 y 1970. Y el caso de Melton es, probablemente, uno de los ejemplos que mejor ilustre esa relación.
Melton nació en 1935 e ingresó a las Fuerzas Armadas en 1958. Luego de tres años, se unió al servicio exterior de su país, aunque el gobierno estadounidense no registra ningún cargo en el Departamento de Estado hasta 1971, cuando aparece integrando la oficina de Asuntos Interamericanos. Es precisamente en ese lapso en que ocurrió el hecho que denuncia Zarattini.
Melton luego mantuvo un lugar secundario en la estructura del servicio exterior en las embajadas de Portugal e Inglaterra hasta que finalmente recaló como vicejefe de la misión de los EE UU en Uruguay entre 1982 y 1985, los últimos tres años de la dictadura. En 1988, bajo la presidencia de Ronald Reagan, le llegó el turno de tener más protagonismo y fue nombrado embajador en la Nicaragua del Frente Sandinista de Liberación Nacional. El cargo le duró sólo dos meses ya que el gobierno de Daniel Ortega decidió expulsarlo del país por su presunto rol como promotor de un complot.
Pese a la mala fama que adquirió Melton en América Central, al año siguiente el gobierno de George Bush (p) decidió enviarlo como embajador a Brasil, donde los perpetradores de crímenes de la dictadura estaban a salvo gracias a la ley de amnistía sancionada por la dictadura en 1979. Allí Melton logró hacer política por debajo del radar y se mantuvo hasta 1993.
Pese a que la ley de amnistía sigue vigente en Brasil, el gobierno de Dilma Rousseff creó a finales de 2011 una Comisión de la Verdad para investigar las violaciones a los Derechos Humanos entre 1964 y 1985 (ver aparte). En ese marco se produjo la declaración de Zarattini, que iluminó una parte de la historia que se quería ocultar.
Antes de concluir su exposición ante la Comisión en San Pablo, el militante del PT de 77 años recordó que entre los años sesenta y setenta había una clara relación entre miembros del servicio exterior estadounidense y la represión. Esa vinculación, aseguró, puede ser constatada en los archivos del DOPS de esa ciudad, que registran visitas de Claris Haliwell, un funcionario del consulado estadounidense, a los centros de torturas de esa ciudad. «

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