"Malvinas no es un caso de autodeterminación"


Embajador de Ecuador ante Naciones Unidas, afirma que el referéndum no será tratado por el organismo.

Por Javier Borelli
En el Comité de descolonización no se ha tramitado ninguna gestión sobre el tema Malvinas. No existe procedimiento de autodeterminación", confirma desde Nueva York Diego Morejón Pazmiño, embajador permanente de Ecuador en las Naciones Unidas y presidente del Comité que debe examinar y acompañar los procesos que lleven a la erradicación de los pueblos colonizados o, como los define la ONU, "territorios no autónomos". Sus palabras cobran relevancia a una semana de que los habitantes de las Malvinas respondan en las urnas si quieren "conservar su estatus político actual como un Territorio de Ultramar del Reino Unido".

"Yo creo que la gente que vive ahí puede hacer lo que quiera. Es un derecho que tienen y que no se les puede negar. Pero la discusión igual no es la autodeterminación sino la soberanía según los documentos de las Naciones Unidas", explica Morejón. "Malvinas existe en la lista (de territorios no autónomos) por una decisión unilateral del Reino Unido que se remite al año 46. Entonces, si usted ve la lista verá que aparece territorio Malvinas, potencia administradora Gran Bretaña. Ahí está en el papel la relación de dependencia. Pero  varias resoluciones de las Naciones Unidas han establecido la necesidad de que los dos países se sienten a discutir un tema que ha sido tratado como de soberanía. Y cuando son temas de soberanía el Comité de descolonización no tiene nada que hacer ni sugerir. Aún más, el tema no debería existir porque si las Malvinas son argentinas, y ese es elpunto de vista ecuatoriano, así debería expresarse y quedar definido de manera permanente", abunda.
La seguridad de Morejón se fundamenta en el largo tiempo de estudio que le ha dedicado al tema y a su trabajo al frente de un Comité en el que recientemente ha sido reelegido "por aclamación", según consta en los documentos de la ONU. Hasta 2014 seguirá presidiendo el organismo que tiene que cumplir con uno de los principales objetivos fundacionales de las Naciones Unidas.
–¿Cuáles son los objetivos del Comité para este año?
–Yo me siento incómodo al hablar del tercer decenio o tercera década (para la erradicación del colonialismo) porque es darle una trayectoria de longevidad a un tema que debería de suyo no existir. Entonces lo que voy a proponer es sincerar la lista de territorios no autónomos. Porque hay territorios que les gusta la situación de dependencia. No tiene que ser que se independicen, sino que decidan lo que quieren hacer. Pensemos que fueron 80 territorios no autónomos y hoy son, entre comillas, solamente 16. Pero creo que hay que revisar la situación actual de cada uno de ellos y establecer un plan de acción que sea efectivo. Hay casos muy claros de procesos de autodeterminación como el de Timor del Este que tiene su relación de colonización con respecto a Indonesia. Allí el proceso estuvo guiado por la carta de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad y lograron su independencia. Por eso creo que es  un proceso válido para ser analizado. Otro caso distinto es el de la Polinesia Francesa que está queriendo volver a la lista de territorios no autónomos. Sin embargo, la embajada de Francia nos ha hecho saber que para ellos la situación allí es muy normal: no hay conflicto y siempre ha habido amistad entre las partes. La población de la Polinesia Francesa nos dice lo contrario: que hace 36 años que quieren volver a la lista de Territorios no autónomos para llegar a la independencia. Entonces cuando no hay conversación franca entre ellos es muy difícil interpretar. Por eso es importante sincerar las posiciones.
–En esa lista de territorios no autónomos también figuran las Malvinas aunque usted ha señalado que no debería ser así e incluso están avanzando en la realización de un referéndum. ¿Qué puede llegar a suceder con eso?
–Hay tres formas que definen la línea de descolonización: libre anexión a un territorio ya formado, seguir en status quo o independizarse. Pero ninguno sería el caso del referéndum porque por más que la población de las Islas Malvinas diga que se consideran "ciudadanos ingleses", eso no hace que se pueda hablar de territorio incluido porque en ese territorio, como prueban las resoluciones de la ONU en base a una serie de documentos históricos,  tiene soberanía la Argentina. Inglaterra dice que les corresponde a ellos la soberanía pero entonces es, de vuelta, un tema bilateral. Así que si el referéndum se da no creo que sea materia de tratamiento dentro del Comité y, si lo pide, entonces primero deberán circular la información del referéndum para que el Comité lo conozca. Pero cualquier cosa que tenga que hacerse después de un referéndum en el contexto actual se lo formaliza con una resolución de la Asamblea General y el Comité es solo un apéndice que recibe mandatos de ella. 
–¿Es decir que el referéndum debería haber pasado antes por la Asamblea General?
–La Asamblea General declara la creación o la existencia del nuevo Estado luego de haber pasado los procesos que deben ser definidos por los requisitos que establecen las Naciones Unidas en los procesos de descolonización. Ahí vale la pena recordar el caso de Timor del Este que mencioné antes, porque hay un momento donde la acción en esos países ya no pasa ni por el Comité ni por el Consejo de Seguridad, sino que se crea una comisión ad-hoc para tratar el caso en el sitio. En Sahara Occidental, que es uno de los casos más críticos, existe una misión de la ONU para el seguimiento del referéndum. Es una misión con 280 efectivos llamada a controlar la situación de agresividad entre la población del Saharaui y Marruecos y que quieren establecer un cese al fuego para poder seguir el proceso del referéndum que va a darle la autodeterminación del territorio. Ahí la ONU está metida con una misión especial y al comité le informan como avanza la situación.
–¿Y el procedimiento que quiere llevarse a cabo en Malvinas no pasó por la Asamblea General?
–No, para nada. 
–Exceptuando la Asamblea, el único ámbito que ejerce presión por resolver la situación de Malvinas es el comité de descolonización…
–Cuando la Asamblea General  discute las resoluciones, los países que estamos involucrados en un apoyo permanente a la causa Argentina lo hacemos de nuevo. En las reuniones regionales de la OEA, CELAC, UNASUR, siempre existe una cláusula o un párrafo que habla de la soberanía argentina en las Malvinas y eso es un proceso político que nuestra región ha mantenido y mantendrá respetando el principio de integridad territorial.
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El papel de la región en el reclamo argentino
En agosto Diego Morejón va a cumplir cinco años al mando de la misión ecuatoriana ante la ONU, el período máximo que establece el servicio exterior de su país en el extranjero. Por lo que antes de la elección de presidente del Comité de Descolonización decidió avisar a sus miembros. "Entonces hubo una suerte de movimientos interesantes que yo califico de movimientos regionales que llegaron incluso al canciller de Ecuador y él dispuso que me quede un tiempo más acá hasta que termine el período actual del comité que es en febrero de 2014", explicó.  Su elección por aclamación el pasado 21 de febrero cerró el círculo. 
–¿Cómo evalúa el respaldo regional en causas como la de Malvinas?
–Los países de Unasur están reclamando una posición a favor de Argentina basados en principios históricos y jurídicos. Porque la única defensa de los países que no son potencias son los convenios, el derecho internacional y los acuerdos bilaterales. En ese sentido estos acuerdos regionales generan cada vez más fuerzas porque cada país habla por un número de países: Unasur, No alineados, G-77 más China, etcétera.  No existe forma de hablar contra algunas de las potencias si no es en bloque. Algún colega citaba una vez a un pintor uruguayo (Joaquín Torres García) que había pintado América Latina y exhibía el cuadro al revés y decía que "nuestro norte es el sur". Eso es muy simbólico porque nosotros no estamos en esa pelea de que los del norte son los poderosos y nosotros los sometidos. Sino que lo que queremos es vivir de manera decente y coherente en un mismo planeta que nos une a todos.

 Artículo publicado en la edición impresa de Tiempo Argentino el 03/03/2013

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