"Todavía espero el acuerdo del Reino Unido a mi propuesta"

Por Javier Borelli / desde Nueva York
Su pequeña contextura puede confundir al gran número de personas que no lo conoce personalmente. Pero en la espalda de ese hombre flaco de un metro setenta y cinco, con una simpática e indeleble sonrisa, se apoya la organización que dirime los reclamos de más de siete mil millones de personas. El secreto para semejante hazaña es que el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, no requiere de una inédita aptitud física para soportar esa presión, sino de destreza diplomática.
Pocas personas en el mundo son noticia en los cinco continentes cada vez que dicen algo. Con los dedos de una mano pueden contarse si se eliminan los deportistas y otros ídolos populares. Con tanto poder y responsabilidad, cada palabra que sale de su boca tiene la capacidad de generar miles más alrededor del mundo. Por eso cuenta con seis voceros que lo asisten diariamente para sentar posición sobre los temas más diversos, y por eso cada afirmación suya tiene el carácter de una sentencia.
"Sé que el gobierno de la Argentina ha aceptado (mis buenos oficios para resolver el conflicto por Malvinas), pero todavía espero ese acuerdo por parte del Reino Unido", respondió en una entrevista exclusiva a Tiempo Argentino, consultado sobre el futuro de las islas australes. Sus palabras confirman el reclamo nacional ante la ONU que, según su titular, "está trabajando muy duro para lograr el fin del colonialismo".
El 14 de diciembre de 1960, la Asamblea General de la ONU aprobó la "Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales". Treinta años después, comprobando que aún quedaba mucho por hacer, el máximo órgano deliberativo de las Naciones Unidas proclamó la "década para la erradicación del colonialismo". En 2000 determinó la segunda década y hace dos años la tercera. Todavía quedan 16 "territorios no autónomos", tal como los denomina la ONU, y entre ellos se cuentan las Malvinas. De ellos, 14 están "administrados" por países que tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el único órgano que toma decisiones de cumplimiento obligatorio para el resto de los miembros. Tiempo Argentino le preguntó a Ban Ki-moon en qué medida esto afectaba la legitimidad del organismo.
"Naciones Unidas ha estado trabajando muy fuerte desde los principios de esta organización para ayudar a los 'territorios no autónomos' a lograr la independencia. Claro que hay algunos que todavía se encuentran gobernados bajo cierta estructura por otros países, pero espero sinceramente que mientras nos movamos en este siglo XXI todas las personas alrededor del mundo puedan disfrutar la independencia y la libertad lejos de estas estructuras. Pero todo esto ha sido regulado y regido por resoluciones de las Naciones Unidas y organizaciones relevantes de la ONU, como el Consejo de Administración Fiduciaria (NdR: un órgano creado para asistir en la independencia a once países en proceso de descolonización en 1945 y que finalizó su trabajo en 1994), que están continuamente discutiendo sobre estos temas.
–¿Pero no es un mal mensaje para el resto de los países de la ONU si los miembros permanentes del Consejo de Seguridad no cumplen con las resoluciones?
–No creo que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad estén violando resoluciones relevantes de las Naciones Unidas. La impresión es que la gente que vive bajo esas condiciones debería poder obtener cierto nivel de capacidades para que puedan decidir sobre su propio futuro. Y este es el principal criterio de los órganos principales de las Naciones Unidas. Lograr la independencia o que tengan cierto gobierno de sus territorios. No creo que sea un tema de abuso o violación de resoluciones relevantes de la ONU.
Ban Ki-moon inclina un poco la cabeza para escuchar, como si quisiera hacerse más bajo. Junta las manos y mira al entrevistador. Se acomoda los anteojos y muestra un inusual semblante serio. Entre pregunta y respuesta, el secretario general de la ONU se toma unos segundos para pensar. En esos momentos su mirada se corre. Luego, con el regreso de la mirada brotan las primeras palabras que tienen el volumen de la cautela que contienen, como si no sólo se cuidara de eludir nuevos conflictos diplomáticos, sino también de no molestar a los vecinos. Sus manos entonces cobran vitalidad y dibujan círculos en el aire, que intentan empujar las palabras para que lleguen a los oídos de su interlocutor.
–Argentina ha traído su reclamo por la ocupación británica de las Islas Malvinas a las Naciones Unidas y aseguró que el Reino Unido se niega a dialogar pese a que hay resoluciones de la ONU que instan a ambos países a hacerlo. ¿Cómo ve usted el futuro de este conflicto?
–He estado preocupado por el intercambio de declaraciones fuertes entre Argentina y el Reino Unido sobre el tema de Malvinas o las Islas Falkland. He estado urgiéndolos a resolver el asunto pacíficamente a través del diálogo y he dejado claro que estoy listo para brindar mis buenos oficios para que ambos lados se reúnan. Sé que el gobierno de la Argentina ha aceptado ello, pero todavía espero ese acuerdo por parte del Reino Unido.
–El Reino Unido cuenta con diez de los 16 "territorios no autónomos" y es miembro permanente del Consejo de Seguridad. Argentina siempre destaca ese hecho…
–Espero que todos estos hechos se resuelvan idealmente a través del diálogo. Sobre todo, cuando hablamos de Malvinas o las Islas Falkland. Y todos los otros temas también tendrán que ser discutidos entre los países involucrados.
–¿Piensa que para 2020, cuando se cumpla la tercera década para la erradicación del colonialismo, podremos decir que no habrá territorios bajo el dominio de "potencias administradoras" o se necesitará una cuarta década?
–Estamos trabajando muy duro para lograr ese objetivo.
–Desde que la ONU se creó, el mundo ha cambiado en muchas formas pero el Consejo de Seguridad se mantiene inalterable...
–Los Estados miembro han estado discutiendo este hecho desde hace mucho tiempo, al menos los últimos veinte años. Considerando los cambios dramáticos en términos políticos desde la creación de las Naciones Unidas, los Estados miembro están de acuerdo en que el Consejo de Seguridad debería ser reformado de una manera más democrática, representativa y transparente. Hay un acuerdo casi universal de que el Consejo de Seguridad debe ser modificado, pero cuando se trata de la modalidad exacta de cómo debería cambiarse, entonces los Estados miembro deberían acelerar sus negociaciones.
–América Latina ha emergido como una región de fuerte posicionamiento político en los últimos años y se han creado nuevos organismos como Celac o Unasur, que ya tienen carácter de miembro observador en la ONU. ¿Cómo evalúa este momento y, en especial, las relaciones de estos organismos con Naciones Unidas?
–Las Naciones Unidas valoran enormemente las relaciones cooperativas con las organizaciones regionales o subregionales como Unasur o Celac, con las que hemos estado trabajando muy cercanamente. Cuando hay un asunto regional, nosotros primero esperamos sus reacciones antes de que el tema llegue a las Naciones Unidas. Por eso, en lo que a mí respecta, Naciones Unidas está siempre lista para tener una cooperación muy cercana con las organizaciones regionales.

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