Con un final electrizante, Obama fue reelegido por otros cuatro años

Por Javier Borelli / desde Nueva York
Cuando se anunció que Ohio era para los demócratas, Barack Obama pudo finalmente respirar tranquilo. Si bien no se conocían todavía los resultados definitivos y Florida, otra clave de este comicio, continuaba disputándose palmo a palmo, el candidato demócrata finalmente había superado el mítico número de 270 representantes necesarios en el Colegio Electoral como para garantizarse cuatro años más al frente del gobierno, tras una extenuante campaña que terminó siendo bastante más complicada de lo que se esperaba meses atrás. Si Mitt Romney pidiera un recuento de votos en algunos de los distritos más reñidos, el suspenso podría prorrogarse hasta diez días y de hecho a última hora todavía "no estaba preparado para asumir la derrota", según algunos allegados.
Una vez cada cuatro años el circuito informativo en Estados Unidos cambia su esquema. Nueva York y Washington, capitales financieras y políticas del país, pierden su protagonismo noticioso y la atención se centra en estados hasta entonces anónimos para la mayoría de los ciudadanos del mundo que siguen atentos los comicios. Ayer Ohio, Virginia y Nevada tuvieron sus 24 horas de fama mientras el resto del país esperaba nervioso que sus ciudadanos decidieran quién sería el presidente por los próximos cuatro años.
A medida que las urnas iban cerrando en los diferentes estados las cadenas de televisión empezaron a dar los resultados de boca de urna.La ventaja inicial para Romney en el número de electores no asustó sin embargo a los demócratas. Kentucky e Indiana, las dos primeras circunscripciones en dar por terminada la jornada electoral, suelen ser reductos conservadores. Sin embargo, a medida que pasaban las horas y el mapa de los Estados Unidos se iba pintando de este a oeste con los colores azules y rojos que representan a los partidos demócratas y republicanos respectivamente, la ansiedad iba creciendo. La tensión se hizo más palpable después las 19:30 hora local (21:30 de Buenos Aires), momento en que se informó el cierre de los comicios en Ohio. Media hora más tarde, el cierre de las urnas en Florida aseguró a los contendientes que la suerte estaba echada. Tras casi cuatro horas de angustia, los canales de noticias comenzaron a confirmar para qué lado había caído la moneda.
Florida, el estado que en el año 2000 fue determinante en el triunfo de George Bush (h) volvió a mantener la tensión latente mientras los canales de televisión asignaban los otros estados. Los resultados parciales en el sureste estadounidense, sin embargo, iban entusiasmando a los demócratas que desde hace unos días hacían cuentas para ganar sin los 29 electores de esa circunscripción. El dato curioso era la confirmación de que nuevamente un resultado cerrado en esa localidad podría definir al presidente como sucedió 12 años antes. Pero mientras los estrategas demócratas hacían cuentas, los datos del resto del país dejaron la ilusión de la revancha en un segundo plano.
El dato que soltó el festejo en los partidarios de Obama fue el triunfo en Ohio, un Estado que no sólo le sumó 18 representantes en el Colegio Electoral, sino que cargó con el peso de la historia: nunca un candidato republicano llegó a la presidencia sin haber ganado allí. Sin más especulaciones, todas las cadenas informativas reconocieron el triunfo de Obama. Claro que el festejo demócrata podría atragantarse si el candidato republicano pidiera un recuento de votos, un hecho que podría agregar suspenso al menos por diez días.
Los candidatos esperaron los resultados en los respectivos comités centrales instalados en Chicago (demócratas) y Boston (republicanos). Pero su jornada no consistió en mantenerse expectantes. Ante la ausencia de veda electoral,el día de votación en Estados Unidos coincide con el último de campaña, por lo que ningún candidato pudo descansar. En ese marco, Obama fue el único de los cuatro miembros de las fórmulas presidenciales que pasó el día sin subirse a un avión y sin siquiera acercarse a los lugares de votación. Sucede que el actual presidente ya había emitido su voto hace 12 días con el fin de incentivar a sus partidarios a votar anticipadamente, algo que le dio grandes réditos en 2008 (un 30% del padrón votó antes de la fecha y la mayoría de ellos se inclinó por el demócrata). De todas formas, ayer realizó apariciones públicas en un comité de campaña y filmó un mensaje instando a los estadounidenses a votar. Su compañero de lista, Joe Biden, tuvo un día un más movido. A las siete de la mañana votó en Delaware y luego hizo una visita sorpresa a Ohio antes de dirigirse a Chicago para reunirse con su compañero en el poder ejecutivo desde hace cuatro años.
Mitt Romney, un poco más inquieto con las últimas encuestas, no quiso bajar la guardia tras casi dos años de campaña y tras votar a las 8:40 en Minesotta se dirigió a Pennsylvania y Ohio, dos estados que sumaban 38 electores y donde era necesario revertir la tendencia.  El estigma de esta última circunscripción para los republicanos hizo que su candidato a vice, Paul Ryan, también hiciera un alto allí después de votar en Wisconsin y antes de finalizar su gira en Virginia.A pesar de la insistencia, el empujón de último momento no le alcanzó a los republicanos. Ohio volvió a darles la espalda y a acertar en su predicción. Obama, entonces, se aflojó. 

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