Arrasaron las tiendas por las ofertas del "Viernes Negro" en Estados Unidos

Por Javier Borelli / desde Washington
En apenas una hora, la capital de Estados Unidos pasó de ciudad fantasma a epicentro del consumo. Ese es el tiempo que tardaron los habitantes de Washington para salir de los hogares donde habían compartido la tradicional cena del Día de Acción de Gracias y lanzarse a la compra de las incontables promociones que ofrecían las grandes tiendas comerciales en lo que desde hace años se conoce como el "Viernes Negro", fecha en que se da inicio a la temporada de compras previa a Navidad. Uno de cada tres estadounidenses participó de esta oda al consumo en 2011 en la que se gastaron 52.500 millones de dólares según informó la Federación Nacional de Comercios Minoristas, una cifra que equivale al 11% del PBI anual de la Argentina y que es mayor al producto de las economías de más de 115 países según las estadísticas del Banco Mundial.

Todavía faltaban sesenta minutos para las 12 de la noche cuando los primeros clientes comenzaron a acercarse a la tienda de Macy's ubicada a tres cuadras de la Casa Blanca. Para el cambio de día, la hilera en la puerta contaba doscientos personas ávidas por arrasar con las ofertas especiales. Apenas las agujas coincidieron, el guardia abrió una de las puertas del local y dejó que la turba avance sobre los pasillos de la megatienda. Mientras pasaban, anunciaba en voz alta los productos que cada uno podía encontrar en los distintos pisos. Los carteles rojos con promociones sobresalían de los percheros: 20%, 30%, 40% y 50 por ciento. En orden decreciente fueron vaciándose las secciones. Para la una, las prendas que alfombraban el piso anunciaban que por esa zona ya no quedaban ofertas. Era momento de ir en busca de otra tienda.
El "Viernes Negro" en Estados Unidos nada tiene que ver con una jornada aciaga para Wall Street, pese a que la combinación de día y color suele ser usada en ese sentido en la jerga financiera. Por el contrario, esa vinculación marca uno de los hitos más importantes en el año económico estadounidense: desde 2005 es el día de mayor consumo en el país de mayor consumo en el mundo. La génesis del nombre, en cambio, tiene dos mitos fundantes: una versión dice que se trata del día en que los comerciantes salen de los números rojos y empiezan a anotar sus ganancias en tinta negra y la otra dice que el nombre se deriva del insoportable tránsito que se produce en las calles producto de la gente que sale a hacer compras y los que vuelven a sus hogares tras haber festejado "Acción de Gracias" en casa de un familiar.
Esta última acepción ha comenzado a quedar en desuso desde el momento en que las tiendas decidieron que el "Viernes Negro" avance sobre el resto de los días de la semana. Eso desconcentró el tránsito al ampliar el tiempo de compras. Primero fue el fin de semana, luego el lunes, que se oscureció de la mano de las compras online, y el jueves, que le peleó incluso el protagonismo a la clásica cena de pavo que acompaña la festividad. Sucede que muchos decidieron este año saltear el postre para llegar a las primeras tiendas que decidieron abrir a las ocho de la noche.
La desesperación por llegar primeros a la oferta también ocasiona peleas entre los consumidores y avalanchas sobre las puertas de los negocios. Una circunstancia que en 2008 causó la muerte de un empleado de Walmart en Nueva York. Precisamente en ese hipermercado ayer se realizó una huelga para protestar contra las condiciones laborales que sufren durante todos los días del año. Walmart, que en 2011 facturó 447 mil millones de dólares, logró mantener abiertas todas sus tiendas pero impidió a la prensa ingresar a sus establecimientos. La empresa argumentó que esa es la política que implementan  todos los "Viernes Negros" desde hace cinco años. Es que aun en EE UU, el consumo no lo es todo.

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