"Se generó una cultura de tolerancia hacia la tortura"

Por Javier Borelli / desde Washington
Nos han inoculado contra la oposición a la tortura con argumentos completamente falsos", asegura en diálogo con Tiempo Argentino el relator especial sobre tortura y otros crímenes crueles, inhumanos y degradantes de la ONU, Juan Méndez. "Primero, porque no hay ninguna prueba de que la tortura tenga efectos tan positivos sobre la seguridad nacional; y segundo, porque nos ocultan las consecuencias que nosotros, en Argentina, conocemos muy bien. Cuando permitimos que nuestras policías o militares tengan rienda suelta a la tortura después es muy difícil volver de esas tragedias nacionales y tener confianza en nuestras instituciones", concluye el abogado nacido en Lomas de Zamora que, durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón, sufrió los hechos que ahora denuncia y trata de prevenir.

Méndez fue detenido en 1975 mientras defendía a presos políticos. Su nombre fue incluido en una lista de "presos de conciencia" por Amnistía Internacional y tras un año y medio de prisión fue dejado en libertad. Entonces se exilió en Estados Unidos y allí se dedicó a la docencia y continuó su trabajo vinculado a los Derechos Humanos desde la ONG Human Rights Watch. Luego trabajó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la que fue su presidente en 2002 (ver aparte).
Consultado acerca de sus impresiones sobre la situación actual en su área de trabajo, Méndez evalúa que "después del 11 de septiembre de 2001 se ha generado una cultura de tolerancia hacia la tortura". Aunque especifica: "Esto no es necesariamente la imposición de algún país. Sino Hollywood o la televisión que muestran momentos en que uno siente que a veces habría que torcerle el brazo a alguien. Da pavor que nos manipulen de esa manera."
Méndez presentó días atrás su informe anual ante la Asamblea General de la ONU en el que planteó la necesidad de la abolición de la pena de muerte a partir del entendimiento de que constituye un acto de tortura. "Lo que yo sostengo es que en casi todos los países que decidieron abolir la pena de muerte lo hicieron porque la consideran un pena indigna, cruel e inhumana. Y como el trato y las penas 'crueles, inhumanas y degradantes' están absolutamente prohibidas por el Derecho Internacional, me parece que excluir a la pena de muerte de ahí no se justifica."

–La experiencia argentina en el juzgamiento de crímenes de lesa humanidad parece señalar que más allá de recursos jurídicos se necesita de un gran movimiento social detrás de esos cambios.
–Tanto el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad del pasado como la abolición de la pena de muerte son procesos complejos que requieren de voluntades políticas de la comunidad primero y fundamentalmente, pero en los cuales el Derecho Internacional juega un papel, porque refuerza los argumentos de los que impulsan. En América Latina no estamos muy acostumbrados a los debates sobre pena de muerte porque es una región abolicionista desde la década del '20 al menos. Además, cuando ha habido pena de muerte no se ha aplicado. Lamentablemente se ha aplicado la ejecución extrajudicial que es todavía peor, pero al mismo tiempo de esas prácticas nos recuperamos.
–Estados Unidos asegura que su democracia es la mejor del mundo y es a la vez una de las que más denuncias por torturas tiene.
–A la construcción de un mundo donde se respetan los Derechos Humanos aportamos todos: los países desarrollados, los sub y los en vías de desarrollo. No es cierto que unos le enseñen a otros cómo defender los Derechos Humanos. Eso sería una interpretación ahistórica. Lo cierto es que contribuciones muy significativas se hicieron desde países que no tendrían una gran influencia en las relaciones internacionales. Pero además, lamentablemente Estados Unidos no es el único país altamente desarrollado que mantiene la pena de muerte. Japón y China también lo tienen y China es uno de los países que más personas ejecuta en un año. Lo cierto es que en los tres lugares las ejecuciones se van reduciendo, lo que nos permite pensar que estamos en un camino abolicionista aun en esos países.
–Usted ha planteado hace tiempo que la reclusión en aislamiento también constituye una tortura. Así estuvo el soldado acusado de filtrar cables a WikiLeaks durante varios meses. ¿Cómo fue su participación en ese caso?
–El soldado Bradley Manning pidió verme cuando todavía estaba en aislamiento. Él pasó más o menos ocho meses en esa condición sin haber sido condenado. En el contexto de permitirme la visita pero negarme las garantías de confidencialidad de la entrevista, el Pentágono lo trasladó a otra cárcel donde no estuvo más en aislamiento. Así está desde hace por lo menos un año y medio. Pero no creo que sea porque yo intervine sino porque hubo una gran presión de la sociedad civil norteamericana. El Pentágono se dio cuenta de que estaba cometiendo un gran error. Yo de todas maneras publiqué mi informe final sobre el caso y me pronuncié en el sentido de que los EE UU había violado la prohibición del trato cruel, inhumano y degradante con respecto a Bradley Manning. Antes de ello, igualmente, hice un informe temático sobre aislamiento porque a veces pareciera que algunas torturas declinaran, como el uso de electricidad o la asfixia. Sin embargo cada vez más se usa el aislamiento como trato cruel, inhumano y degradante de características mentales y no físicas. Para darte un ejemplo, donde mayor número de personas en aislamiento hay es en los Estados Unidos. Estamos hablando de decenas de miles de personas en aislamiento. Pero en países como en la Argentina, donde antes el máximo de aislamiento por motivos disciplinarios era de 21 días, aun en democracia los reglamentos han ido cambiando y en la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, se permite el aislamiento de hasta nueve meses. Para mí es inusitado (ver aparte).
–También usted ha mencionado que no se debe extraditar presos a lugares donde pueden ser sujetos a tortura o penas de muerte. La posibilidad de extradición de Julian Assange a los EE UU, donde podría ser sometido a tratos semejantes, es el motivo por el cual el gobierno ecuatoriano le dio el asilo al fundador de WikiLeaks.
–El caso de la prohibición de la deportación no lo digo yo solo, sino la convención contra la tortura. Pero el caso de Assange es distinto, porque EE UU ni siquiera ha pedido la extradición y no se sabe a qué tipo de condiciones lo van a someter cuando lo traten de extraditar. Gente cercana a Assange me ha contactado, pero hasta ahora he declinado intervenir porque no hay un riesgo concreto de que vaya a suceder. Por ahora se lo está intentando extraditar a Suecia, por lo que todavía es muy especulativo. «

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La situación en Argentina
El 22 de octubre pasado, Argentina rindió cuentas ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Allí se destacaron los avances del país en varias áreas pero se mencionó, a su vez, la falta de implementación del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNPT). Consultado al respecto, Juan Mendez señaló que "la creación del MNPT es una obligación solemne contraída por la Argentina al suscribir el protocolo optativo contra la Tortura hace ya cinco años. Pero es más grave aún porque no es que la Argentina no tiene problemas carcelarios". Sin embargo, al ubicar la situación en el contexto regional, Mendez matizó: "Como Relator Especial no puedo hacer comparación entre países. Pero creo que por suerte hasta ahora no ha habido masacres en las cárceles del tipo que se han visto en México, en Honduras y en Venezuela."

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"Los ataques a la cidh son injustos"
“Me parece que la CIDH está bajo un ataque muy serio. Siempre los ha habido, pero creo que esta es la crisis más seria y, en buena medida, es injustificada e injusta”, señaló Juan Méndez respecto de las críticas de Rafael Correa, Hugo Chávez y Evo Morales, entre otros líderes de América Latina, en los últimos tiempos. Méndez, que integró el organismo entre 2000 y 2003 y que fue su presidente en 2002, dijo no estar convencido con la idea de que “la comisión sirve para dictaduras pero para democracias no”. “Al contrario, pienso que ha hecho adaptaciones muy importantes para ser constructiva cuando se trata de democracias, pero claro, tiene que tener una capacidad de crítica y hay gobiernos que no lo aceptan”, agregó. Por último, Méndez evaluó como “lamentables” las opiniones que promueven la creación de otro sistema en reemplazo de la actual CIDH. “La Comisión tiene 50 años y está creada en el seno de la OEA que es un organismo suprarregional muy bien establecido. Para volver a crear un organismo de supervisión serio, eficaz, en el seno de otro organismo multilateral como la Unasur o el Mercosur necesitamos otros 50 años y no podemos darnos el lujo de crear desde cero y sin una cobertura institucional seria organismos que ha llevado tanto tiempo formar y fortalecer”, finalizó.

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