"Los sectores progresistas tenemos que unirnos"

Aida Robles fue la única legisladora que en la Cámara Baja votó contra el juicio político a Fernando Lugo
La voz de Aída Robles quedó en soledad en la Cámara de Diputados el 21 de julio pasado. "Voto por el pueblo paraguayo que hoy no puede decir nada", recuerda que pronunció antes de oponerse al juicio político al presidente Fernando Lugo. Ningún otro de los 76 diputados presentes en el recinto acompañó su posición. Al día siguiente, el Senado destituyó al ex obispo que había llegado a la presidencia en 2008 rompiendo con 60 años de hegemonía del Partido Colorado.
"Lamentablemente, Lugo no tuvo una estructura política. Los que estuvimos acompañándolo en su gobierno somos de distintos partidos políticos progresistas que tenemos que reconocer que no tuvimos la suficiente capacidad para unirnos en las elecciones de 2008. Entonces, cada partido que lo llevó de candidato a presidente presentó listas propias para senadores y diputados, lo que hizo que hubiera votos muy dispersos. Por eso tan poca gente defendió a Lugo", explica Robles. Apenas ella en la Cámara Baja y tres senadores en la Cámara Alta se opusieron a un juicio que en menos de 48 horas destituyó a un presidente elegido por el voto de cuatro de cada diez paraguayos. El hecho dejó en evidencia una de las principales falencias que Robles destaca en los partidos de izquierda: la falta de unidad. Un problema que puede ejemplificar con su experiencia. Un año después de llegar a la legislatura en representación del Partido Popular Tekojoja fundó su propia corriente política, el Partido de Participación Ciudadana (PPC). Desde ese espacio hoy trata de corregir los errores en una nueva alianza no exenta de conflictos: el Frente Guasú (ver recuadro).

–¿Por qué el gobierno de Lugo no pudo resistir los embates de la oposición?

–Hay que entender que los partidos tradicionales tienen mucha capacidad de imponer sus intereses personales. Además, detrás de las fuerzas políticas hay otras muy poderosas en términos económicos. Esas fuerzas estuvieron detrás del golpe porque se vieron afectadas por el gobierno de Lugo.
–¿En qué aspectos?

–El gobierno estaba detrás de la recuperación de tierras que sabemos que están en la mano de quienes se han adueñado de los bienes de Paraguay. Se han hecho repartijas a mansalva quedando nuestros compatriotas campesinos sin posibilidad  de cultivar un pedazo de tierra. Ese es un tema muy profundo que amenazaba su poderío y, vinculado con ello, también están los que tienen los grandes sojales en Paraguay.
–¿Cómo tomaron la destitución de Lugo los sectores que lo apoyaron durante su gobierno?

–Los sectores progresistas ya estábamos trabajando antes del golpe en unirnos todos. Claro que, lamentablemente, el golpe cambió un poco la situación. Eso nos obliga a unificar más nuestras acciones y tener una candidatura común a los efectos de llegar al poder de nuevo en 2013. Estamos en ese proceso. Somos 20 fuerzas políticas entre partidos y movimientos y planteamos una concertación que nos obliga a conversar e integrar más sectores sociales y gremiales que demuestran su indignación ante el golpe. Hay una buena perspectiva en ese sentido y dependerá mucho de la capacidad de los dirigentes para que unifiquemos las fuerzas y logremos restituir la institucionalidad y la democracia en nuestro país.
–¿La estrategia electoral es intentar armar una lista única?
–Sí, porque nos dimos cuenta de que si en 2008 sumábamos todos los votos hubiéramos obtenido siete u ocho diputados y senadores. Por eso estamos tratando de consensuar la lista de candidatos, cosa que es muy difícil.
–Apenas se conoció la destitución de Lugo se vio una gran reacción popular en su defensa. ¿Cómo está hoy la sociedad paraguaya?

–El quiebre institucional ha golpeado muchísimo al pueblo. Incluso, la misma gente que vota a los partidos tradicionales (el Partido Colorado y el Partido Liberal Radical Auténtico que se unieron para producir el golpe parlamentario) está indignada y se une a la protesta. Porque el golpe fue programado hace bastante tiempo y quienes ejercieron su poder político fueron los miembros del parlamento. Eso causó mucha vergüenza entre ellos. Sin embargo, hoy tenemos un bloqueo comunicacional y los países hermanos en todo el mundo no pueden visualizarlo ni tener conocimiento de lo que está pasando realmente. Tenemos más de 1000 compatriotas despedidos por cuestiones ideológicas en la función pública. Además, tenemos periodistas que fueron echados por pensar diferente o por emitir opiniones acerca del golpe y eso es lamentable. Pero sigue la resistencia en Paraguay, fundamentalmente con los jóvenes que están demostrando un espíritu patriótico y se están manifestando de forma pacífica.
–Es un momento para gestar una nueva transición a la democracia…

–Cuando cayó Stroessner no aprovechamos. Ese es un mea culpa que hacemos los paraguayos y, en especial, los dirigentes. No fuimos capaces de aprovechar esa transición de 20 años. Si me preguntaras por qué, pienso que quizás fue porque nuestra generación es de la época de la dictadura y no teníamos la práctica ni tuvimos la suficiente capacidad ni picardía. No logramos consolidar los partidos de izquierda y ahora lamentarnos no sirve. Lo que queda es trabajar, asumir esta situación y la responsabilidad histórica que tenemos: no podemos quedarnos de brazos cruzados. Fundamentalmente por esa población tan dolida.   «

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El futuro del frente Guasú
Lugo tiene el compromiso de que si llegamos unidos a las elecciones, él será candidato a primer senador”, contó Aída Robles el sábado a Tiempo Argentino. La decisión había sido tomada a principios de julio en una reunión plenaria del Frente Guasú. Sin embargo, en los últimos días comenzó a circular la versión de que algunos de los partidos que integran la alianza estaban analizando la posibilidad de promover a Lugo como candidato presidencial a pesar de que en Paraguay no existe la reelección. Quienes todavía se ilusionan con un segundo mandato aseguran que varias consultas jurídicas ya respaldaron esa intención puesto que Lugo no pudo concluir su gestión.
La idea rápidamente generó controversia en el interior del Frente, y el lunes siete partidos que impulsaban al presentador televisivo Mario Ferreiro como candidato se retiraron de una reunión de la mesa directiva asegurando que no apoyarían una nueva postulación de Lugo para presidente. Los partidos de izquierda ahora deben enfrentar su gran desafío, no dejar que las diferencias se impongan sobre los acuerdos.
Publicado en la edición impresa de Tiempo Argentino el 09/08/12

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