“Los haitianos deben tomar las decisiones para reconstruir su país”

Por Javier Borelli
Verónica Habichayn estuvo tres meses en la nación caribeña trabajando como responsable de proyectos para la Unasur. Explica el tipo de ayuda humanitaria que necesitan sus habitantes, de los cuales 500 mil aún viven en campamentos.


Una plaza llena de carpas, una pegada al lado de la otra. Gente bañándose en medio de la calle. Enfrente del asentamiento de emergencia, un restaurante de comida italiana donde hay un guardia con una itaka en la puerta. Quienes comen en el predio son extranjeros que trabajan en las ONG que fueron a Haití a brindar ayuda humanitaria. Esa es la primera imagen que se le viene a la mente a Verónica Habichayn cuando se le pregunta por lo que encontró al llegar a Puerto Príncipe en septiembre de 2011 para trabajar tres meses como responsable de proyectos de la Unasur. Allí Habichayn pudo ver de cerca cómo funciona la asistencia internacional para la reconstrucción de Haití a dos años del terremoto de siete grados en la escala de Richter que derrumbó a la isla centroamericana, dejando 300 mil muertos, 300 mil heridos y 1,5 millones de personas sin hogar.
“En Haití hay trabajando 12 mil organizaciones no gubernamentales. Estas llegan muchas veces con un proyecto, con el dinero, y lo hacen. Pero no hay una coordinación con el Estado donde este le diga lo que necesita. Luego las ONG se van y lo que queda en Haití es lo que ellos han consumido en alquileres, gastos de vida y demás”, cuestiona Habichayn en diálogo con Tiempo Argentino. La única manera de progresar, para esta instrumentadora quirúrgica argentina, es promoviendo que “los haitianos participen de la reconstrucción de su país decidiendo ellos lo que les conviene”.
En ese marco, Habichayn destaca el ejemplo de la ayuda brindada por Cuba, que desde 1998 tiene brigadas médicas en 135 comunas del país y forma médicos haitianos en sus universidades. Es ese tipo de asistencia el que la enviada de la Unasur tenía en mente para evaluar los proyectos presentados por comunidades y organizaciones locales. Pero además de esto, Habychain también tuvo que verificar que los proyectos ya aprobados se estuvieran cumpliendo. Entre ellos se encuentran la Oficina de Asistencia Legal, que brinda asesoría a los cientos de haitianos que tienen conflicto con la ley o están presos sin condena, y el programa Pro-Huerta de autoproducción de alimentos (desarrollado por el Instituto Nacional de Tecnología Alimentaria de Argentina). 
A dos años del terremoto, el panorama en Haití sigue siendo desolador. A la falta de vivienda, cloacas, electricidad y la desnutrición se le sumó la epidemia de cólera por la que la población culpa a la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), la organización con mayor presencia y presupuesto en el terreno (800 millones de dólares anuales). Según informó la ONU en noviembre de 2011, de sus 15 mil integrantes, el 85% son militares y policías. 


Publicado en Tiempo Argentino el 13/01/11

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